domingo, 3 de enero de 2016

ENGANCHADOS.


Es muy común tropezar en la misma piedra, en el mismo error. Pero parece que esto  de los enganches va siendo una  costumbre, por este municipio. Y lo que es peor, a simple vista, en un espacio público, en un lugar que habitualmente, es frecuentado por familias, niños, deportistas, etc.
 
Es asombroso como se pueden cometer actos como este, a escasos días de que se presenten en el juzgado de  Guimar,  el 18 de este mismo mes,  un concejal del actual gobierno municipal, acompañado de dos ex ediles, del mismo partido de la anterior legislatura, por hechos constituyentes de un posible delito.
Pero siguiendo con las curiosidades, en este “presunto” delito, hace dos meses escasos, el actual concejal de obras y servicios del ayuntamiento de Candelaria,  declaraba que “no hay ningún enganche ilegal en ninguna instalación municipal, en las que ya se han situado los boletines pertinentes, mientras que en otras se están elaborando los proyectos correspondientes con los gestores de Endesa.” (diario de avisos 19 de noviembre)
A la vista esta que esto no parece un enganche legal.
 
 
Nos gustaría saber, lo que piensa el socio de gobierno, ya que el grupo municipal de Coalición Canaria en Candelaria (en aquel entonces en la oposición) denunció en aquel momento,  que el grupo de Gobierno socialista había  incurrido en un importante delito ya que pretendía llevar a Pleno un expediente con unas facturas de luz que se correspondían a unos “enganches directos” a la red de Unelco por parte de diferentes instalaciones municipales, por un importe total de 24.000 euros, sin consignación presupuestaria alguna, y que que abonó, a través del Reconocimiento Extrajudicial de Crédito, sin que haya ninguna propuesta de resolución firmada por ningún concejal, tan sólo las propias facturas y el informe del interventor. (El dia  25 de febrero de 2015)
 

Cabe recordar lo que dice el código penal,  que considera en su artículo 255, la defraudación de fluido eléctrico como un delito que atenta contra el patrimonio y el orden socioeconómico.
Pero lo verdaderamente importante, lo que nos preocupa, es el grave peligro que supone,  la temeridad manifiesta, de aquellos, que permiten y toleran este tipo de actuaciones, propiciando que,  puedan ocurrir cualquier tipo de desgracias, ya que este hecho, esta a la vista de todos, en espacio público, donde pasean familias y niños. Parece que algunos, han olvidado sus deberes y obligaciones; además de estar incurriendo en un presunto delito
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 




 
 
 
 
 
 
 
 
 

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