Reaccionar
ante los problemas planteados por los vecinos, es una de las obligaciones de
marcado y obligado cumplimiento por
parte de nuestros políticos. Les exigimos que respondan con premura y eficacia
a los retos y dificultades de nuestro municipio, pero es la ciudadanía, la que
se pregunta muchas veces, si las reacciones de nuestros mandatarios locales,
son acordes a los problemas que se presentan.
Creemos, que los políticos, están para
solucionar, agilizar, tramitar, y administrar los grandes retos y desafíos de
nuestro municipio; pero algunas veces, nos vemos envueltos, en reacciones de
marcado carácter político, que no son las idóneas, y por supuesto las más
efectivas ante las demandas de los ciudadanos.
En
estos días, de desalojo, de prisas, y
desaciertos; de falta de diálogo y
ocultismo en las acciones del grupo de gobierno, las reacciones del mismo,
son más orientadas a lo meramente
político, demorando, aún más las justas demandas de los vecinos desalojados,
algunos de ellos, hoy, sumidos en la incertidumbre producida por la
desidia e ineptitud de una
administración local, que parece no escucharles.
Causa
asombro, entre nuestros vecinos, que la
reacción más inmediata al desalojo, sea la retirada de la confianza, de
atribuciones, de obligaciones, de aquellos ediles, que votaron a favor de la
moción para declarar la emergencia en las obras del talud, aplazando, el
desalojo, dando tiempo así, a garantizar el realojo, de aquellos vecinos, que
lo solicitaran, y que tienen su residencia en Bajo la Cuesta.
Cuesta
creer, que lo más importante, es retirarle la confianza, a miembros del grupo
de gobierno, que mostraron su desacuerdo político, y atendieron
más a las demandas de los vecinos,
máxime, cuando es justamente eso para lo que están.
Es imposible creer, que la disciplina de voto,
sea primordial, ante los graves e importantes, errores, cometidos en la
tramitación, gestión y administración de los diferentes decretos sobre Bajo la
Cuesta.No hace falta que se lo enumeremos, los vecinos se lo recuerdan a diario.
Pero parece ser así. Los vecinos son culpables de la mala gestión, de
aquellos, que están obligados, por ley, y sobre todo, por moralidad, a estar al
servicio de las personas de nuestro municipio.
Ya
puestos, debería nuestra regidora municipal, retirar la confianza, e incluso
tomar medidas más serias, en ese alarde cuasi-dictatorial, contra el concejal
de urbanismo, el Sr, Alduan, quien en el último pleno, admitió, su error, en este lamentable
proceso. Su ineficacia, ineptitud, desidia y total desconocimiento, no debe ser
padecido directamente por nuestros
vecinos. Nos preguntamos, si es
razonable, mantener la confianza, las atribuciones, a quien ha admitido, ser el
responsable de tanto retraso, tantos errores, y por consiguiente, de tanto
dolor, y daño a los ciudadanos de Bajo la Cuesta. Plantéelo, como si este error, hubiera ocurrido en otra actividad, empresarial, social, etc,, verá usted que llega a la misma conclusión que los vecinos.
Y
si seguimos ahondando en este esperpéntico asunto, debería, también, repetir
ese proceso de desconfianza, con la edil de asuntos sociales, que es
verdaderamente incapaz de buscar soluciones al realojo, cuando debería estar
previsto, y asegurado el mismo, para cada familia desde hace meses. No se puede
improvisar con el techo, y el bienestar de los vecinos, ni negar, buscando
interpretaciones de la ley, el derecho al realojo, de las personas.
No
queremos ni felicitar ni condenar a nadie. En esto de la política local, cada edil vota con libertad, y en democracia
(bastante nos costó a todos lograrlo).
Cada acción, cada voto, cada vez que se levanta la mano, debe ser con valentía, pues esta democracia, y esta libertad, nos otorga ese derecho. Cada acción es
personal, y cada concejal, consecuente con lo que vota, protesta, ejerce o
demanda. Para eso están, gobierno y oposición.
Que
sean los ciudadanos, quienes recuerden sus acciones, su carácter público al
servicio del municipio, y no de unas siglas políticas.
VECINOS X CANDELARIA.
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